sábado, 16 de julio de 2022

El orgullo del ser humano en el Renacimiento

El humanista Giovanni Pico della Mirandola expresó en su Oración por la dignidad del hombre, escrita en 1485, una de las descripciones más bellas del ser humano, que inauguraba el orgullo que caracteriza el Renacimiento. Esta nueva idea del ser humano influyó decisivamente en el arte y en la vida de la época. Éstas son sus palabras:

[Dios] hizo al hombre de una forma indefinida y, colocado en el centro del mundo, le habló de esta manera: "No te dimos ningún puesto fijo, ni un rostro propio, ni un oficio particular, ¡oh Adán!, para que el puesto, la imagen y los empleos que desees para ti, los tengas y poseas por tu propia decisión y elección [...]. Te he colocado en el centro del mundo para que volvieran más cómodamente la vista a tu alrededor y miraras todo lo que hay en este mundo. No te hemos hecho ni celeste ni terrestre, ni mortal ni inmortal, para que tú mismo, como modelador y escultor de ti mismo, te forjes la forma que prefieras para ti. Podrás degenerar a lo inferior, con los brutos; o podrás realzarte a la par que las cosas divinas, por tu misma decisión.


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