La cultura subjetiva se constituye con aquellos conocimientos que adquiere el sujeto a través del proceso de aprendizaje, situándose frente a todo aquello que es producto del instinto o innato. La naturaleza sería lo programado genéticamente, lo que se adquiere durante el desarrollo embrionario.
El debate acerca de la relación entre los aspectos naturales (instintivos o biológicos) de los seres humanos, frente a lo que representa la cultura (educación o sociedad) es muy antiguo, casi tanto como la reflexión sobre qué es el ser humano.
Todos los animales necesitan extraer información del medio en el que viven para mejorar sus posibilidades de supervivencia. A medida que se sube en la escala evolutiva, la capacidad de adquirir conocimiento y de intervenir en el entorno se va haciendo más compleja y creativa.
Muchos animales se comportan exclusivamente de acuerdo con conductas determinadas genéticamente. Ante una situación ambiental se desencadena siempre la misma respuesta. Por ello, carecen de capacidad para controlar de forma voluntaria la mayor parte de sus conductas. Aunque los instintos no definan por completo todas sus acciones, muchos animales nacen preparados para actuar de una manera concreta ante las situaciones que van a encontrar en el nicho ecológico en el que viven. Su aprendizaje se reduce a encadenar unas respuestas con otras.
Las conductas innatas limitan las posibilidades de respuesta. Es la capacidad de aprender la que permite actuar libremente. El aprendizaje hace posible la construcción de la cultura. Solo los animales con esta capacidad generan cultura.Los mecanismos de aprendizaje de la cultura se basan en los siguientes procesos:
Educación, o enseñanza consciente y programada, mediante la que se adquiere una conducta nueva en función de las consecuencias que de ella se deriven. Se trata del aprendizaje por condicionamiento: un comportamiento adecuado es reforzado por algún tipo de premio o para evitar un castigo.
Imitación de otro sujeto: este tipo de aprendizaje requiere un importante grado de desarrollo del cerebro que permita descubrir la intencionalidad que subyace bajo la conducta a imitar. Esta es la forma habitual de transmisión cultural entre animales.
Asimilación de la información, comunicada oralmente por un emisor o presente en libros, discos o cualquier otro soporte material. Esta última posibilidad es exclusiva de los seres humanos, porque requiere una serie de capacidades como el uso del lenguaje, el razonamiento lógico, etc.
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