Con la consolidación de las teorías de la evolución, el ser humano quedó relegado de su papel central en la naturaleza y pasó a ser presentado como un animal más. El proceso de hominización parte de las peculiaridades físicas que caracterizan al animal humano, pero culmina en la consideración de que éste es un animal social productor de cultura. Éste es en realidad el inicio del proceso de humanización.
A partir de la domesticación de los animales y del cultivo de las plantas iniciados en el Neolítico, de ser recolectores y cazadores nómadas los Homo sapiens pasaron a ser agricultores y ganaderos sedentarios. La primera consecuencia de este hecho fue la jerarquización de la sociedad (sacerdotes, guerreros, etc.) y el surgimiento de las ciudades. Este cambio en la forma de vida produjo la aparición de las primeras civilizaciones la conversión del ser humano en un animal cultural.
1. La idea de naturaleza
A la hora de analizar la idea de cultura hay que distinguir entre:
1) Cultura subjetiva: Cuando el término "cultura" se refiere a un sujeto (por ejemplo, "María es culta") se relaciona con la de educación. Cultura en este sentido recoge el significado de la palabra griega paideia.
Cicerón fue el primero en darle esta interpretación: los sujetos deben cultivar su alma de la misma manera que se cultiva la tierra. Desde este punto de vista, una persona cultivada es alguien que se ha educado, esto es, que ha adquirido ciertos conocimientos y habilidades, frente a quienes no han recibido ninguna formación.
La cultura así entendida se refiere a un determinado contexto histórico; por tanto, lo que se considere culto variará en función del momento y del lugar en los que se afirme.
La cultura, en este sentido, es el acervo de conocimiento que adquiere un sujeto en el proceso de aprendizaje en un contexto social.
2) Cultura objetiva: Toda cultura subjetiva se producen en el marco de una cultura objetiva. Por decirlo de algún modo, la cultura subjetiva es la manera en que la cultura objetiva se da en un sujeto.
Durante la Ilustración se diferenció entre una cultura como formación personal y otra sometida a sus propias leyes y, por tanto, objetiva. Pero fue Herder, en el siglo XVIII, quien delimitó el concepto objetivo de cultura como los logros permanentes de los seres humanos: el arte, las ciencias, las costumbres, el lenguaje, etc.
La cultura en sentido objetivo se convierte en todas las producciones que llevan a cabo los seres humanos en un contexto social y que configuran su realidad más inmediata.
De esta manera, todas las actividades que se desarrollan en el seno de una sociedad son cultura: escribir, pasear al perro o cantar una canción. También son culturales todos los objetos producidos por el ser humano independientemente del nivel de complejidad que tengan: un hacha bifaz es cultura y también lo es un helicóptero.
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