viernes, 19 de mayo de 2023

El problema de las relaciones entre el cuerpo y la mente

Las relaciones entre el cuerpo y la mente constituyen un antiguo problema para la filosofía. Actualmente, esta cuestión equivale a analizar la relación que existe entre la mente y el cerebro. Este problema se encuentra en el centro de la llamada "filosofía de la mente", una reciente disciplina filosófica que tiene en cuenta los avances de las neurociencias. Pueden distinguirse tres grupos de respuestas con distintas variantes:
1) El monismo: Desde este punto de vista, se afirma que la mente y el cuerpo no son realidades separadas, sino aspectos distintos de una misma realidad.
Esta realidad puede ser de tipo material (según los atomistas o Marx) o de tipo mental o espiritual (según los racionalistas, como Spinoza, o los representantes del idealismo filosófico, como Berkeley o Hegel).
2) El dualismo: Se remonta a Platón y a Descartes. Esta respuesta establece que la mente y el cerebro son dos realidades diferentes, cada una de ellas con sus reglas propias.
No es posible reducir la actividad mental a la cerebral. La mente es más valiosa que el cuerpo y la causa de las actividades intelectuales y afectivas humanas.
Pero admitir una diferencia estricta entre mente y cerebro no supone olvidar que existe una relación entre ambos. El dualismo psicofísico plantea tres modos de entender esta relación.
a) Entre la mente y el cuerpo se da un paralelismo de actuación. Es decir, cada acto físico se corresponde con un acto mental, como afirmaba Leibniz.
b) La mente y el cuerpo son realidades diferentes que se conectan en ciertas ocasiones y permiten establecer una relación entre ellos. Es la postura defendida por el ocasionalismo de Malebranche.
c) La mente no mantiene ninguna relación con el cuerpo, sino que es un fenómeno de tipo diferente a la realidad corporal y no puede ser explicada con los criterios del cuerpo. Es un epifenómeno del cuerpo, algo que "se levanta sobre el cuerpo", pero con una realidad independiente y con sus propias leyes, diferentes a las leyes del cuerpo.
3) El fisicalismo: Desde este grupo de posturas se sostiene que la actividad mental depende del cerebro y puede explicarse mediante causas físicas.
No admite la separación dualista entre mente y cuerpo: ambos mantienen una relación de dependencia y se reducen a una base física.
Podemos distinguir tres formas de fisicalismo:
a) La primera defiende la identidad entre mente y cerebro: la actividad mental no es más que la actividad del cerebro. Esta identidad puede entenderse de dos formas diferentes:
- Teoría de la identidad de tipo: Hay una correspondencia mecánica entre mente y cerebro; a cada estado de la mente responde un estado del cerebro. Es decir, cerebro y mente son realidades del mismo tipo.
- Teoría de la identidad de instancia: A cada pensamiento le corresponden varios estados cerebrales, no solo uno, que son instancias o casos diferentes de actividad cerebral.
b) El conductismo: desde esta segunda postura se defiende que toda actividad mental se traduce siempre en una conducta determinada. Para los conductistas, lo importante es analizar la conducta manifiesta. La mente es un problema sin sentido. Es un "fantasma", como dice Gilbert Ryle.
c) El funcionalismo: es defendido por algunos de los más notables filósofos de la mente actuales, Donald Davidson y John Searle. Según el funcionalismo, lo más importante no es analizar la relación directa entre la mente y los estados del cerebro o las conductas, sino investigar cómo un estado mental se relaciona con otros estados mentales y motiva un comportamiento determinado. Es decir, entre la mente y el cuerpo hay una compleja interrelación. Para el funcionalismo, la mente no es simplemente un conjunto de estados cerebrales de tipo físico, sino un complejo entramado de estados cerebrales y comportamientos que se encuentran en relación constante y que se modifican a través de esta relación.

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